La dama del gato negro

Dicen en el barrio del Prado que si ves pasar un gato negro de noche, te fijes bien, que nunca va solo. Una dama chiquita lo acompaña y van bailando. El gato le presta su camino y la dama le agradece eternamente. No quería partir todavía y votó por seguir otro ratito. No es espeluznante, solamente es. No los contraríes, no hacen nada. Siguen caminando nomás. Los gatos a veces hacen eso. Un día de éstos le vamos a avisar a las Voces Anónimas, que este relato todavía les falta...